La CGT condenó ayer la “violencia institucional” ejercida contra los empleados del Astillero Río Santiago y exigió a los gobiernos nacional y provincial “que den respuestas claras y concretas sobre el atropello que han sufrido los trabajadores brutalmente reprimidos”.
“Con tremendo estupor advertimos todo hecho de represión que pretenda acallar la voz de los trabajadores en circunstancias límites como es la de quedarse en la calle, desempleado“, se quejó la central obrera sobre los hechos ocurridos en las inmediaciones de la sede del Gobierno bonaerense en La Plata.
En un comunicado firmado por el Consejo Directivo, la CGT consideró que esos incidentes fueron “producto del fracaso de un plan económico que se ha tornado en sí mismo repudiable no ya por el hecho de no tener en cuenta a los trabajadores ni a los sectores menos favorecidos, sino por ir decididamente en contra de ellos”.
Y agregó: “La Confederación General del Trabajo rechaza enérgicamente, una vez más, la violencia institucional ejercida desde cualquier poder del Estado“.
Al respecto, la entidad de la calle Azopardo volvió a plantear que “la continuidad de estas políticas económicas sólo puede tener como finalidad el empobrecimiento y la precarización de todos los trabajadores argentinos, amenaza que desde esta central se combatirá con todas las fuerzas”. Y finalizó: “Cuando la violencia es ejercida desde el Estado, allí pondremos el límite”.