“Tres fuentes confirmaron el evento de explosión”, anunció el vocero, respecto de la “anomalía hidroacústica” que resultó ser una explosión. Ante una pregunta periodística, Balbi dijo que en ningún momento se habló de “una explosión menor”. Al respecto, la entidad militar no descarta ninguna hipótesis respecto del origen del mismo.
Son seis los buques que siguen en la búsqueda. Hoy llegó el avión más grande del mundo, de origen ruso, con tecnología para sondear el fondo del mar. Según Balbi, “la mejor tecnología la tiene Estados Unidos”. “La búsqueda debe ser eficaz”, agregó. El buque remolcador Skandi Patagonia partió ayer con drones submarinos que pueden patrullar hasta 1200 metros de profundidad. También llevó a la zona de rastrillaje, entre otros elementos, una campana acuática que llega a sumergirse hasta 250 metros.
El vocero de la Armada también dedicó un párrafo aparte para responder los cuestionamientos sobre el correcto mantenimiento de las naves de la Armada: "Ninguna unidad zarpa o decola si no está en condiciones operativas de navegar o volar con seguridad. La antigüedad de las unidades no implica su obsolescencia ", subrayó.
Con el objetivo centrado en la búsqueda en la profundidad del mar, ayer también se trabajó a contrarreloj en el Sophie Siem para retirar el chapón de la popa e instalar el mini submarino que trajo a la Argentina la Armada de los Estados Unidos. Este mini submarino, que todavía no se utilizó en una operación de rescate, tiene la capacidad de ser operado de manera remota, se sumerge a 650 metros con dos médicos para las tareas de rescate en el lugar, además de albergar hasta 16 personas con una campana de salvamento que puede operar. Este refuerzo llegará a la zona de búsqueda "en un día y medio o dos", aclararon ayer en Comodoro Rivadavia durante una rueda de prensa. Además, durante la última hora del jueves zarpó el buque Puerto Argentino hacia la zona de rastillaje, también con elementos para eventuales tareas de rescate.