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Memoria para sostener el camino y la lucha recorrida

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Columna especial de la Federación Marítima, Portuaria y de la Industria Naval de la República Argentina (FeMPINRA) a propósito de la desregulación Portuaria en los 90 y el CCT 441/06.

Desde la celebración del Convenio Colectivo de Trabajo N. 441/06, suscripto entre la Federación Marítima, Portuaria y de la Industria Naval de la República Argentina y quien era entonces la Cámara de Concesionarios de Terminales de Contenedores del Puerto de Buenos Aires (que agrupaba a las terminales porteñas), todas las contrataciones del personal operativo representado por las entidades gremiales suscriptoras son de carácter permanente. Algunas de ellas, de carácter continuo (personal que tiene asignada una garantía mensual), y otras, de carácter discontinuo (que tienen asignada una garantía salarial de 18 jornales).

Siempre es importante saber, cuál es el lugar desde donde uno parte, para establecer objetivos posibles. Decimos esto, porque, al comienzo de esa negociación, el objetivo central y prioritario de nuestra organización fue el de desterrar los nocivos efectos provocados por la modalidad de trabajo eventual en el Puerto de Buenos Aires.

En línea con las políticas neoliberales de los años ’90, muchos recordarán, que decenas de operadoras del Puerto de Buenos Aires daban alta y finalizaban las contrataciones de sus trabajadores en un mismo mes, liquidando vacaciones y aguinaldo por ese corto período. Bajo esa práctica procedían con total normalidad y por gran cantidad de años, e incluso y en gran cantidad de casos, durante todo el tiempo de vigencia normal del contrato y hasta tanto el trabajador, se encontrará en condiciones de jubilarse.

Juan Carlos Schmid, secretario general de la FeMPINRA, durante una protesta en defensa de los puestos laborales en el Puerto de Buenos Aires

Eran los tiempos el Neoliberalismo atroz que a partir del Decreto 817/92 derogo todos los Convenios y Laudos expulsando a los distintos Sindicatos Portuarios y por tanto posibilito la llegada de Organizaciones Sindicales Mercantiles, que no daban cuenta de la naturaleza de la labor. No solo rompiendo la idiosincrasia de los trabajadores, sus Regímenes jubilatorios y sus condiciones de salud y seguridad en el trabajo. Eran los tiempos de que trabajabas cobrabas y te ibas. Si llovía o no te convocaban no trabajabas. Se trataba no de una profesión que movilizaba el Comercio exterior del país, en el principal puerto Federal sino de una changa mal paga.

Muchos también recordarán, el triste y larguísimo peregrinaje (administrativo y judicial), al que debían someterse centenares de Compañeros portuarios para obtener su “jubilación”; y también, el de muchas viudas, para acceder al elemental derecho a su pensión y a la reparación por el fallecimiento ante la pérdida de su Compañero portuario.

Todas esas razones (entre muchas otras), determinaron, que la negociación colectiva emprendida por la Federación y por sus organizaciones debiera poner especial énfasis en cuatro aspectos fundamentales.

El primero, en garantizar el respeto irrestricto de todos los derechos derivados de la antigüedad de todos los trabajadores sin distinción. El segundo, en garantizar el pago del salario pese a la discontinuidad de la prestación laboral y el cumplimiento de la totalidad de las obligaciones que del con-trato permanente se derivan (licencias, etc.). El tercero, en asegurar la continuidad de la fuente laboral, acordando la prohibición de despidos en forma injustificada. Y el cuarto, asegurar el goce del beneficio jubilatorio en las condiciones especiales que fueron reglamentariamente previstas por el régimen particular al que se encuentra sometida cada una de las organizaciones sindicales, en el marco de las disposiciones lega-les que rigen.

Eso se logró con el CCT 441/06, que muchos que hoy lo critican cuando ni siquiera lo han leído en el Contexto en que se dio.

La lucha no empieza cuando algunos actores aparecen en escena. Somos hijos de las tremendas movilizaciones para recuperar la regulación portuaria perdida en los 90 desde la INTERPORMAR, de las luchas del año 2003. Recordarnos a muchos compañeros que sufrían esa condición de trabajo y que hoy son planta estable de las empresas. Del trajín final de los trabajadores de la entonces Terminal 6 del Puerto de Buenos Aires. Ellos son el mejor testimonio del camino recorrido. Del enfrentamiento a las Multinacionales y de lo que aún falta. Pero sostener que el CCT 441/06 precarizó el trabajo Portuario, es de una ignorancia y falta de sustento histórico, que no se puede admitir.

Vista aérea del Puerto de Buenos Aires

Somos conscientes del camino transitado en defensa del interés colectivo de todos los trabajadores, y del que han participado todos nuestros dirigentes.

Sin embargo, atravesamos una actual coyuntura que nos encuentra UNIDOS y FORTALECIDOS para continuar nuestra acción cuyo eje central continuará siendo el aseguramiento de la fuente laboral de todos y de cada uno de nuestros Compañeros Portuarios, en condiciones de equidad e igualdad de derechos.

Nunca esta entidad Sindical ha propiciado el pase de trabajadores en condiciones de precarización, por el contrario, los hechos y la historia lo demuestran. Por supuesto que siempre falta, que el concepto central del Movimiento Obrero Organizado es la movilización Social ascendente, para lograr cada vez mejores condiciones de vida, mayores compromisos de solidaridad y pertenencia. En ese camino seguimos comprometidos, con la verdad y sin engañar a nuestros compañeros y compañeras.