Por otras parte, Giorgi se reunió con el presidente de la agropartista John Deere, Aldo Torriglia, quien le confirmó su intención de invertir en su planta industrial de Granadero Baigorria, provincia de Santa Fe.
La ministra planteó a los importadores de maquinaria agrícola y fabricantes nacionales la necesidad de equilibrar este año el déficit comercial de 450 millones de dólares que tiene el sector en tractores, sembradoras y pulverizadoras.
Giorgi les adelantó a los empresarios que deberán aumentar exportaciones y sustituir importaciones con máquinas de fabricación nacional, según reseñó un comunicado del Ministerio.
“Es una decisión estratégica de este gobierno impulsar una fuerte industria nacional de maquinaria agrícola, porque hay un mercado potencial enorme si pensamos que en cinco años la cosecha pasará de 100 a 150 millones de toneladas anuales", sostuvo la ministra.
Por eso, añadió, "garantizar el abastecimiento a las fábricas nacionales de componentes esenciales para la producción de tractores y cosechadoras, como son los ejes y transmisiones, nos permite ganar en competitividad ya que con esto le agregamos valor a la producción de maquinaria nacional y generamos más puestos de trabajo argentinos”.
Ante la fuerte demanda de las firmas locales y la exigencia que el gobierno realizó a las empresas del sector para reducir el déficit comercial, el ejecutivo de Carraro (con sede en Padova, Italia, que abastece en mayor medida a la empresa Agco), aseguró que la fábrica puede abastecer a los potenciales compradores nacionales, ya que hoy están trabajando en un solo turno.
“La Argentina es un punto estratégico para el Grupo Carraro y recibimos con satisfacción la propuesta de fabricar partes para más empresas que operan en el país, ya que nuestra planta cuenta con capacidad operativa para hacerlo”, dijo Maric.
Según explicó el directivo italiano, la planta de Haedo proveerá a partir de ahora a las empresas nacionales de partes para tractores tanto de baja y como de alta potencia.
Con respecto a los tractores, en 2010 se importaron 100 millones de dólares en equipos de tamaño pequeño y otro tanto en vehículos grandes, y se vendieron unas 5.700 unidades.