“A pesar de la incertidumbre propia de toda contienda electoral, la producción industrial siguió su ritmo ascendente en agosto. El dólar tuvo algunos movimientos, pero fueron menos bruscos que en otras oportunidades, y no afectó los pedidos de producción de los empresarios”, sostuvo el informe de CAME.
“Las intenciones de inversión siguen rondando el 30%, un nivel alto para lo que habitualmente se tiene en ese sector, pero que en parte se explica por varios años con esa variable estancada. La demanda externa fue otro factor de impulso, y las restricciones a las importaciones de bienes de consumo también están ayudando a levantar la industria, aunque complican la dinámica productiva de aquellas fábricas que requieren traer insumos o partes y piezas del exterior”, agregó la entidad en un comunicado.