Más de 350 taxistas ocuparon un carril del Puente de las Cadenas, el más antiguo de la capital y que une las ciudades Buda y Pest, y bloquearon parcialmente varias calles en el centro para denunciar que la aplicación que ofrece servicios de transporte "funciona ilegalmente y no respeta las legislaciones vigentes". La app que conecta a los usuarios con los choferes cobra precios mucho más bajos que los taxis, en algunos casos de hasta el 50 por ciento menos.
Se calcula que en Budapest había ya en enero más de mil conductores de Uber y de 80.000 usuarios registrados, mientras que las diez compañías de taxi agrupan a más de 5.000 choferes, indicó EFE. Pese a que las leyes determinan que los servicios de transporte personal urbano, o sea, los taxis, deben realizarse en automóviles amarillos y a un precio fijo, Uber funciona a precios más bajos y con coches propios. Los taxistas dicen que el Gobierno no dio los pasos adecuados para que los choferes de la aplicación respeten las leyes vigentes, algo que exigen.
