Los pedidos de nuevos buques caen a números de hace 20 años. La incertidumbre en el sector naval es una combinación entre la actual pandemia, las nuevas regulaciones ambientales y la falta de financiamiento por parte de gobiernos y banca.
“La OMI (Organización Marítima Internacional) ha traído objetivos significativos, ambiciosos e importantes en torno a las emisiones”, dijo el director gerente de Clarksons Research, Stephen Gordon. Aún no está claro las políticas y regulaciones exactas que podrían introducirse y qué tecnología se adoptará, dijo. Los barcos son inversiones a largo plazo y los compradores corren el riesgo de que sus barcos se vuelvan obsoletos.
La industria del transporte marítimo mundial está en medio de una de sus mayores cambios después de que a inicios de este 2020 se realizaran una serie de cambios en las regulaciones ambientales más estrictas de la historia. Los propietarios de barcos se enfrentan a pagar más por combustible más limpio, modernizar los barcos con depuradores que reducen la contaminación o incluso por encargar nuevos barcos. Para agravar este panorama de los primeros meses, apareció el Covid-19 que ha trastornado las cadenas de suministro y estancado los flujos comerciales.
“El Covid-19 se ha convertido en el problema más inmediato”, dijo Gordon. Si bien los desafíos debido a las medidas de bloqueo se están suavizando, “la incertidumbre económica, la interrupción del comercio y la volatilidad en las tarifas de flete” causadas por el virus están impulsando la baja de los pedidos.
Se espera que el crecimiento de la demanda de contenedores caiga este año debido al Covid-19, según AP Moller-Maersk A / S, que predice un regreso a los volúmenes de 2019 a principios de 2021. La línea de contenedores más grande del mundo ordenó solo ocho buques en el segundo trimestre, lo que sitúa su ratio cartera de pedidos / flota en el 9,4%. A nivel mundial, la tasa es de alrededor del 8%, lo que significa que los pedidos de nuevos barcos están en un mínimo de dos décadas, según Gordon de Clarksons.
“El virus es un nuevo golpe para la demanda que ya apenas existe“, dijo Rahul Kapoor, jefe de análisis e investigación de productos básicos, marítimo y comercial de IHS Markit. “Con el impacto de la pandemia en la actividad económica y las cadenas de suministro, ordenar nuevos barcos es ahora la prioridad menor para las empresas. Hoy las empresas se están concentrando en tratar de mantener los márgenes de beneficio”. Por si fuera poco, el virus también ha retrasado la finalización de los proyectos de construcción naval explicó el analista.
Crisis Financiera
Los armadores también carecen de los recursos económicos para realizar compras, según Ralph Leszczynski, jefe de investigación de los analistas de Banchero Costa & Co.
“La mayoría de los mercados navieros provienen de una década relativamente pobre, de 2009 a 2019, en términos de ganancias, por lo que la mayoría de los armadores no tienen tanto dinero en efectivo en sus bolsillos”, dijo. “La financiación externa también es escasa, ya que los bancos ahora están evitando en gran medida el transporte marítimo después de los incumplimientos que sufrieron después de 2008”.
Aún así, menos pedidos y un crecimiento más lento de la flota probablemente impulsarán hacia arriba a las tarifas de envío. Es probable que las líneas sigan manteniendo la capacidad bajo control en 2021 para minimizar el impacto de la desaceleración del comercio mundial, dijo Kapoor de IHS Markit.
Eso ya se traduce en costos en aumento para el transporte de mercancías por transatlántico, con un punto de referencia de tarifas de contenedores transpacíficos que se ha duplicado desde fines de mayo a un récord. Los costos de los cerealeros también se han recuperado de un mínimo de cuatro años. Maersk, que desactivó alrededor del 20% de su capacidad en abril -antes de restablecerla gradualmente en los meses siguientes-, obtuvo ganancias por encima de las estimaciones en parte debido a la mejora de las tarifas de transporte.
Barcos grandes, barcos pequeños
El sector offshore ha visto golpeada la demanda de plataformas petrolíferas y buques de suministro debido a que los precios de la energía -petrñoleo y gas- siguen bajos y hay poco interés en nuevas inversiones en exploración, dijo Leszczynski. “Es una “apuesta” comprar un petrolero en medio de la incertidumbre sobre la demanda”, dijo. Si bien el consumo de petróleo ha crecido en las últimas dos décadas, los esfuerzos por desacelerar el cambio climático están estimulando las expectativas del mercado a la baja.
Si bien el coronavirus aumenta la incertidumbre a corto plazo, hay una mejor perspectiva a mediano y largo plazo. Qatar firmó un acuerdo en junio por un valor de alrededor de $ 19.000 millones de dólares con los constructores navales de Corea del Sur por más de 100 buques de gas natural licuado, Maersk espera una recuperación progresiva en los volúmenes y el operador portuario DP World dijo que esa perspectiva afectará positivamente los fundamentals del negocio.
Se prevé que el sector de la construcción naval se mantendrá moderado durante los próximos años, con una posible reactivación de ocho a diez años a partir de ahora, dijo Leszczynski. Las embarcaciones construidas durante los años de auge entre 2007 y 2010 requerirán reemplazo, ya que la mayoría tiene una vida útil de entre 20 y 25 años, dijo.
Fuente: Bloomberg, Kyunghee Park