Subterráneos de Buenos Aires (Sbase) realizó estudios a las formaciones CAF 5.000, que hasta febrero pasado circularon en la línea B del subte porteño, y descubrió la presencia del material cancerígeno amianto en alguno de sus componentes. Sin embargo, la empresa aclaró que el elemento estuvo “fuera del alcance de los pasajeros”.
El informe fue realizado por la empresa Dicon y contó con participación gremial. “Se siguieron los protocolos establecidos por la Agencia de Protección Ambiental, que fue la encargada de tomar las muestras de los elementos sospechados y que luego fueron analizados en un laboratorio”, detallaron a través de un comunicado.
Los resultados presentados corresponden al análisis de piezas de dos coches y estaban “bajo bastidor, dentro de cofres y dentro del tablero de baja tensión, en la cabina de conducción”, lo que quiere decir que “en ningún caso estaban al alcance de los pasajeros”.
Una vez que Dicon finalice el análisis del resto de los CAF 5000, será la encargada de “descontaminar” los trenes.
Sbase presentó hoy el Plan de Gestión Integral de Asbesto de la Red de Subte durante una reunión convocada por la Subsecretaría de Trabajo porteña, en la que se estableció que se le dará prioridad al “análisis del material rodante, para continuar en las estaciones, talleres y subestaciones”.
A su vez, incluye tres programas: la detección, el retiro y disposición final de los materiales, así como el cuidado de la salud de los trabajadores.
Sbase y Metrovías habían retirado de circulación en febrero de este año tres formaciones de la línea B adquiridas al Metro de Madrid, luego de que la empresa española confirmó “la existencia de amianto en dos modelos de tren”, un material cancerígeno prohibido en ambos países.
El comunicado informó que se “exigió al metro español que confirme la presencia de ese mineral” en las formaciones (usadas) modelo CAF 5000, “compradas en 2011 para hacer frente a la extensión de la línea, las necesidades de renovar el material rodante y la mejora de la frecuencia”.
La fiscalía de la comunidad de Madrid abrió una investigación por un “posible delito” contra los derechos de los trabajadores del subte de esa ciudad “ante la presencia de amianto en algunos de sus trenes”, informaron hoy fuentes judiciales.
Le empresa “Metro de Madrid” conocía desde 2003 la existencia de amianto en los trenes y aún así los vendió a la Argentina en 2011, después de, además, prohibirse su comercialización.
La fiscalía madrileña decidió iniciar la investigación “teniendo en cuenta la peligrosidad de dicha sustancia, que contiene agentes cancerígenos”, informó la agencia ANSA.