Por Axel Dell´Olio (*)
Es cierto que es prematuro analizar lo que sucedió con Brian Toledo; no sabemos a qué velocidad iba, tampoco si llevaba casco. Ahora, lo que sí sabemos es que esto sucede mucho más a diario de lo que uno cree. Pasa, en pueblos y ciudades de la Argentina, todo el tiempo. Los jóvenes sin ningún problema de salud mueren en nuestras calles. Brian hoy representa a 1 de las 20 víctimas de siniestros viales que sumamos a diario en nuestro país.
Como tantos jóvenes, hoy Brian perdió la vida en un siniestro vial. Y por eso, volvemos a repetir que necesitamos campañas de prevención para educar a nuestros niños, niñas y adolescentes en seguridad vial, para concientizar y evitar muertes y lesiones graves que dejan secuelas de por vida.
Nos impacta y duele la pérdida de Brian, un deportista que a todos nos tocó el corazón. Esperemos que esta triste noticia sirva para pensar porque, si algo es evidente, es que ¡estamos fallando! No podemos dejar que mueran más jóvenes por cuestiones evitables.
¿Fue la infraestructura? ¿Estaba señalizada la loma de burro? ¿Llevaba casco? ¿Iba a una velocidad excesiva? No lo sabemos. Pero si queremos soluciones efectivas deberíamos atacar todas las variables para reducir la probabilidad de siniestros. Desde la educación en seguridad vial, para que los jóvenes se cuiden y valoren su vida; como así también los problemas de infraestructura que muchas veces generan tragedias y el rol en general de todos como comunidad para que esto no suceda.
Los siniestros viales matan a más de 1,35 millones de personas cada año y más del 90 % de esas víctimas residen en países de bajos y medianos ingresos. La siniestralidad vial es la principal causa de muerte de niños y jóvenes de entre 5 y 29 años de edad y se proyecta que entre 2020 y 2030 genere entre 500 millones de muertes y lesiones en todo el mundo.
La siniestralidad vial es una epidemia que no necesita vacunas, simplemente conciencia para prevenir. La siniestralidad vial se va a curar cuando la problemática sea tratada como una política de Estado, con la intervención de organismos de Salud, Educación y Transporte. Pero sobre todo requiere del compromiso de todos: públicos, privados, particulares, ONG`s y medios de comunicación.
(*) Titular de la Asociación para la Disminución de Siniestros Viales (ADISIV)