Luego de un largo debate, el 24 de septiembre de 1981 se implementó en Argentina el Código Aduanero que aún rige en nuestro país. El desafío consistió en reemplazar nada menos que toda la legislación aduanera de base vigente con una normativa que respondiera a una concepción única, orgánica y coherente.
Al cumplirse 34 años de este importante hecho, el jurista Héctor Guillermo Vidal Albarracín, quien integró la comisión redactora, dialogó con Notitrans por Radio Trade acerca de este nuevo aniversario. “La perdurabilidad de esta norma muestra su eficacia e impresiona que haya estado vigente durante tanto tiempo. Tuvo una ventaja muy valiosa que sea un cuerpo de leyes sistemático y armonizado. Era un momento en el que se venía con un esquema de leyes reordenadas en el que todas las normas año a año se renovaban sin un sistema. El código fue muy valioso para terminar con esos parches que no le permitían al administrado saber lo que estaba vigente”, aseguró.
Además de Vidal Abarracín, en la comisión participaron Mario Ángel Alsina, Ricardo Xavier Basaldúa y Rodolfo H. Cambra (por Hacienda); Enrique Barreira, Laureano Fernández y Francisco Mario García. “Me gusta destacar que hayan formado parte de esta comisión dos personas que no eran abogados como Laureano Fernández y Pancho García, debido a sus valiosos conocimientos que adquirieron al ser funcionarios de la Aduana durante 30 o 40 años. Eran bibliotecas ambulantes y con una experiencia que les permitía saber todo. En ese sentido, se buscó que sea una norma que se adapte al medio en el que se va a aplicar. Ellos permitían dar una mirada de las prácticas aduaneras más cercana a la realidad que el preciosismo de las normas jurídicas”. Luego también se incorporaría el funcionario aduanero Juan Patricio Cotter Moine que ya había participado en la redacción del Anteproyecto de ley general de Aduana que se usó de base para el proyecto encomendado.
Pese a que la norma fue implementada durante un gobierno de facto, Vidal Abarracín destacó que la norma se sancionó el 2 de marzo de 1981 luego de un intenso intercambio de ideas entre los especialistas en la materia. “Muchas veces se criticó que una disposición tan importante en un momento en el que no funcionaba el Congreso. Pero a pesar de eso, tuvo un debate muy intenso a través de los organismos más especializados. Esta discusión empezó en el 77 y duró más de 3 años. El ejemplar de cada proyecto que se presentaba era elevado a distintos organismos públicos y privados para tener la opinión de todos ellos”.