Desde lo opuesto el “no capacitarse” limita al interesado en su actividad presente y acota su desarrollo futuro. Siempre será importante y necesario adquirir conocimientos y particularmente a partir del formato de crecimiento que se viene experimentando en las últimas décadas y que se prevé continuará.
A ello cabe agregarle el “como capacitarse”, que marca sustanciales diferencias con lo que se lo hizo en el pasado, en la forma tradicional, que está cambiando significativamente.
El logista tradicional lo ha sido por experiencia y no por educación ya que hasta el siglo XXI no hubo formación curricular en la especialidad sino cursos aislados específicos. En consecuencia es imprescindible que los idóneos, incluso con cargos jerárquicos que operan en la actualidad accedan a una formación académica que consolide lo experimentado en su carrera.
Por otra parte para las nuevas generaciones es recomendable que se inicien desde el principio en el conocimiento teórico más el plus requerido de práctica, a la que se hace referencia en la respuesta anterior sobre el “como” aprender. Las empresas atraviesan procesos de cambios tecnológicos, estructurales y lo que es más sorprendente, de paradigmas. Las estrategias logísticas evolucionan hacia la profesionalización y especialización convirtiéndose en oportunidades de carácter competitivo lo cual incorpora al logista al ámbito comercial otorgándole un mayor dimensión que la que tuvo al principio del desarrollo de la logística. Hoy más que nunca las empresas dependen de las personas y de su capacidad y formación, por ello la capacitación es el sustento inevitable de todo crecimiento.
El rol de la capacitación en el sector
Tradicionalmente la capacitación era información y en algunos ámbitos ese esquema aún se mantiene. Pero en logística la información aislada, por sí sola, no se sostiene si no va acompañada de una práctica efectiva, con casos concretos, actuales y con participación interactiva de los educandos. Se deberán capitalizar las experiencias de los asistentes a los cursos, confrontar situaciones contradictorias y plantear interrogantes así como transitar por el argumento de las relaciones interpersonales y alentar la dinámica del trabajo grupal.
En una apretada síntesis se puede afirmar que capacitar en logística debe incluir, además de información general y específica, fijación de conceptos, interpretación de los cambios (particularmente el “cambio continuo”); aplicación (o adaptación) de métodos internacionales a ámbitos locales; exposición de motivos estratégicos; toma de decisiones y ejercicios donde se no solo se resuelvan problemas sino que se planteen hipotéticas situaciones de conflicto, habituales en la dinámica logística.
(*) Roberto Destéfano, Director de Estudios de ARLOG .