Un incendio forestal en la provincia de Ourense, España, provocó durante esta semana la interrupción total del servicio ferroviario de alta velocidad entre Galicia y Madrid, y se enmarca en una ola de fuegos que ya dejó víctimas fatales en el país. El siniestro obligó a cortar la circulación durante varias horas y movilizó un amplio operativo de bomberos y técnicos para garantizar la seguridad en la zona.
El fuego, que avanzó con fuerza por la proximidad de las vías del AVE, motivó que Adif suspendiera el servicio mientras se realizaban tareas de reconocimiento e inspección de la infraestructura. Renfe había previsto reanudar los trenes hoy si el incendio estaba controlado, pero la confirmación recién llegó cerca de las 10, cuando una revisión satisfactoria y la autorización del 112 Galicia permitieron restablecer la tensión y retomar la circulación.
El corte del servicio generó acumulación de pasajeros en la estación madrileña de Chamartín, quienes recibieron la opción de cambiar o anular sus billetes sin coste. La interrupción se extendió durante unas tres horas y afectó a miles de viajeros en pleno mes de agosto.
La ola de incendios, alimentada por el viento y el calor extremo, mantiene activos casi una veintena de focos en distintas regiones, ha obligado a evacuar a unas 9500 personas y mantiene cortadas más de una decena de carreteras. España solicitó ayuda a la Unión Europea para reforzar el combate de las llamas, con el envío de dos aviones Canadair.