El rey Felipe VI y el presidente portugués, Marcelo Rebelo de Sousa, protagonizaron hoy la reapertura simbólica de la frontera entre España y Portugal, la más extensa de la Unión Europea (UE), tras más de tres meses y medio de cierre por la crisis del coronavirus.
Acompañados por los jefes de Gobierno de ambos países, los socialistas Pedro Sánchez y António Costa, quienes comparten una gran afinidad política, presidieron un acto doble, primero en la alcazaba de Badajoz, del lado español, y luego en la localidad lusa de Elvas.
Con este acto simbólico, España y Portugal buscaban escenificar la importancia de la reapertura de la frontera después de permanecer cerrada durante más de tres meses y medio, desde el 17 de marzo, ante las medidas adoptadas por los dos países para contener la expansión del nuevo coronavirus.
Aunque Portugal logró mantener a raya el coronavirus al inicio de la crisis -acumula 1.568 fallecidos y casi 42.000 contagios-, en las últimas semanas se registraron rebrotes alrededor del área metropolitana de Lisboa, lo que llevó a un retroceso en el proceso de desconfinamiento.
En el caso de España, con más de 28.355 muertos y casi 250.000 contagios, la situación epidemiológica está mayormente dominada, aunque también se produjeron múltiples rebrotes que permanecen controlados desde que se levantó el estado de alarma.
“Tenemos que aprender a convivir con el virus hasta que tengamos una vacuna accesible a todo el mundo”, subrayó hoy Costa en entrevista con la radio española Cadena Ser, antes del acto de apertura simbólico de la frontera con España.
Por otro lado, Costa sostuvo que es “injusto” comparar la gestión de los brotes de España y Portugal por las diferencias en “dimensión y gestión territorial” de ambos países.
También defendió la propuesta de la Comisión Europea sobre el fondo de reconstrucción ante la crisis del coronavirus que beneficiará principalmente a los países más castigados por la pandemia, como España e Italia.
El dirigente socialista portugués, aliado de España en la disputa con los países del norte europeo que piden que las ayudas estén condicionadas a una responsabilidad fiscal, espera que “en las próximas semanas” haya acuerdo, ya que de ello depende futuro del propio proyecto europeo.