El vicepresidente de la Fábrica Argentina de Aviones (Fadea), Franco Giuggioloni, sostuvo que el principal objetivo de la empresa estatal es “diversificar la propuesta” de trabajo, para poder captar mayores ingresos.
En ese marco, el directivo se mostró “optimista” respecto a la habilitación que esperan obtener de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FFA, por su sigla en inglés), lo que les permitiría ampliar su radio de acción.
“Hoy Fadea tiene un convenio con la compañía Etihad Engineering, por la cual realizamos algunos trabajos de mantenimiento para la empresa Latam en sus aviones Airbus 320. También efectuamos trabajos para Flybondi y realizamos pintura de aviones de Aerolíneas Argentinas”, detalló Giuggioloni a Télam.
Aclaró, no obstante, que “el 85 por ciento de la facturación de la empresa es de la Fuerza Aérea Argentina, que es nuestro principal cliente, tanto en lo que hace al mantenimiento y reconversión de aeronaves, como en lo que respecta a la fabricación de nuevos aviones”.
“Debemos potenciar nuestro negocio de base, pero hoy centralmente diversificar con clientes externos, es la base de nuestro crecimiento”, remarcó el vicepresidente de la empresa estatal.
Respecto a los trabajos para la Fuerza Aérea, destacó los recientemente realizados en “la recuperación del Hércules C-130, las aeronaves de instrucción avanzada IA 63 Pampa, el prototipo de aeronave de instrucción primaria/básica IA 100B, la modernización de aviónica y montaje de pods (módulos) de radar y cámara de unidades IA 58 Pucará Ov Fénix, la recuperación de aeronaves Orion y la aeronave Beechcraft TC Huron”, entre otras.
“Históricamente ha sido Fadea quien ha solucionado la necesidad de aeronaves de entrenamiento para la FAA”, dijo Giuggioloni, y en esa línea, señaló que “la construcción del IA-100, como entrenador militar elemental-primario, viene a complementar al actual producto estrella de la mítica fábrica cordobesa, el IA-63 Pampa III”.
“El sector de los aviones de entrenamiento es un nicho entre los fabricantes aeronáuticos -explicó Giuggioloni-, y para las etapas iniciales de formación de los pilotos, tanto civiles como militares, el diseño de las aeronaves es bastante específico por cuestiones de seguridad y de formación de los nuevos aviadores”.
“Estos aviones están pensados para situaciones de vuelo en las que, por ejemplo, se puedan permitir errores en todas las etapas sin resultados catastróficos”, agregó.
“Hoy -dijo- no hay un entrenador en América Latina que haya partido de un requerimiento militar, sino que son aviones adaptados a partir de aeronaves civiles“.
El nuevo avión “será un entrenador elemental-primario concebido para la formación inicial y las primeras horas de vuelo de un piloto militar. Luego, aquéllos que continúen su trayectoria formativa (syllabus, en la jerga técnica), para ser pilotos de caza irán a una aeronave de entrenamiento avanzado, como el IA-63 Pampa III, hasta llegar a tripular los aviones cazabombardero con los que prestarán servicio en la Fuerza Aérea”, señaló.
El IA-100 está concebido como un avión triplaza, con motor a pistón de 260 HP, totalmente fabricado en material compuesto y certificado FAR 23 en categoría acrobático.
Explicó que “la estructura del IA-100 será construida con la tecnología más modernas en ingeniería aeronáutica, lo que simplifica los procesos de fabricación de estructuras complejas y redunda en un abaratamiento de los costos”.
Guggioloni participa del Congreso MRO Latin America, que reúne a referentes de las áreas de mantenimiento aeronáutico, organizado por Aviation Week y del que Aerolíneas Argentinas es host sponsor y se lleva a cabo en un hotel de la zona de Puerto Madero.