Así lo anunció el subsecretario de Transporte porteño, Guillermo Dietrich (h), en una entrevista con Ámbito Financiero.
Con cuatro años más de gestión el PRO profundizará los proyectos iniciados en su primera etapa, siempre con el lema de optimizar el transporte público para evitar la concentración de automóviles en la Ciudad. «Hemos avanzado en todo lo que nos planteamos y hasta nos pusimos nuevos desafíos, entre ellos el control de taxis que encaramos este año», explicó Dietrich. Los controles se dan de forma sorpresiva y se revisa que tanto el vehículo como el conductor estén registrados y que estén los papeles en regla.
Si bien en la Secretaría de Transporte aseguran estar conformes con los primeros cuatro años de gestión, no todas las promesas fueron cumplidas, por eso hoy a la hora de hablar del futuro se manejan con mucha cautela. Una de las promesas que quedaron inconclusas fue el contracarril en la Avenida de Mayo, que buscaba aliviar un poco la congestión de la zona. Además se esperaba que a fines del año pasado se alcanzaran los 100 kilómetros de bicisendas, número que hoy sólo alcanza a 70 km.
«El proyecto de la Avenida de Mayo está, pero nos concentramos en la avenida Santa Fe porque sentimos que la necesidad allí es mayor. Hoy estamos profundizando el estudio de esta medida», se defendió al respecto Dietrich.
Sin lugar a dudas, la estrella de la primera gestión fue la bicicleta, con la fuerte iniciativa que se le dio al uso de ésta como forma de transporte en la Ciudad.
Durante la campaña para jefe de Gobierno porteño, el candidato del Frente para la Victoria, Daniel Filmus, sostuvo que eliminaría las bicisendas, a las que Guillermo Dietrich salió a defender con uñas y dientes. «Sabemos que la gente las usa, hoy nos piden más estaciones y más bicicletas, es todo un éxito, por eso sabemos que no se pueden eliminar».
Hoy el foco está en hacer crecer la red de metrobuses, donde funcionan 15 colectivos articulados, y aseguran que ese número llegará antes de fin de año a 20. En las otras redes que se están planeando también funcionará este tipo de transporte, que permite movilizar a más cantidad de pasajeros, junto a los ya conocidos.
«Las empresas invirtieron u$s 6 millones en colectivos y fue un verdadero desafío para ellos; ahora las compañías de transporte son las que se nos acercan a nosotros a pedirnos que construyamos nuevos metrobuses por el nivel de aceptación que tuvo en la gente», explicó Dietrich.
Con cautela también sostuvo que el nivel y la eficacia de los contracarriles que se implementaron hacen pensar que seguirá esta medida en los próximos cuatro años. «Se está estudiando en qué arterias de la Ciudad tomar esta medida, no nos queremos adelantar».
El Metrobus ha tenido buena repercusión entre los usuarios, quienes aseguran que se redujo el tiempo de viaje, pero aquellos que viajan hasta la provincia no pueden ver el cambio en su totalidad. «Nosotros gobernamos en la Ciudad de Buenos Aires; a los pasajeros que llegan a provincia les impacta porque allí el servicio cambia, pero no podemos hacer nada», confiesa el subsecretario, aunque reconoce que era una buena oportunidad para limar asperezas con el Gobierno nacional y trabajar en conjunto.
Con todo, cree que la medida puede provocar un efecto contagio, logrando que en la provincia también se implemente: «Hoy la Ciudad se diferencia de la provincia en el transporte, eso la gente lo nota y con el tiempo va a comenzar a exigir el mismo nivel en provincia», sostuvo.
La realidad es que la rivalidad entre ambos gobiernos vuelve hoy a perjudicar a los ciudadanos, que no pueden contar con un viaje rápido por la eterna lucha entre Nación y Ciudad, que parece se prolongará por lo menos cuatro años más.
