Según un informe relevado por la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF), el transporte genera el 21 % de las emisiones de carbono, que proviene en un 95% del petróleo y de otros combustibles fósiles. “Los trabajadores son vitales para la transición a un transporte con cero emisiones de carbono”, señalaron.
Así, y según un nuevo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) publicado el 9 de agosto de 2021, “si no se adoptan medidas urgentes, la temperatura media mundial aumentará 1,5ºC con respecto a los niveles preindustriales de aquí a 2040, lo que supone un punto de inflexión más allá del cual el cambio climático podría resultar irreversible”, explica el informe.
Los informes del IPCC se publican cada siete años y vienen sentando sentando las bases científicas de los tratados y las políticas internacionales sobre el clima desde 1990. “Su mensaje nunca ha sido más claro ni más urgente que en la presente edición; vamos camino de llegar al punto de no retorno diez años antes de lo indicado en la anterior modelización” sostuvo Stephen Cotton, secretario general de la ITF.
Asimismo, el Cotton aseguró que “debemos tener en cuenta la advertencia del IPCC y adoptar una amplia estrategia mundial para lograr un futuro sostenible con cero emisiones de carbono pero debemos hacerlo ya”, y agregó “el transporte va a contribuir mucho a tal fin. Es probable que la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP26 que se celebrará en noviembre en Glasgow, responda con metas más estrictas, y el personal del sector del transporte debe estar preparado para actuar”.
Una transición justa
Con respecto al rol que deben cumplir los trabajadores y trabajadoras del transporte, Cotton señaló que “la transición a un sector del transporte descarbonizado se debe gestionar cuidadosamente para garantizar que sea equitativa para el personal y los pasajeros y pasajeras. Las empresas de transporte deben ser parte de la solución”.
“El transporte —por carretera, aéreo, marítimo y ferroviario— no solo necesita fuentes de energía más limpias, sino que también debe replantearse el modo de hacer negocios. El transporte es un bien público: no puede moverse por intereses comerciales a corto plazo. Necesita una política coordinada en la que los Gobiernos de todo el mundo antepongan el transporte público sostenible a los beneficios”, especificó el dirigente.
Por otro lado, Cotton resaltó la necesidad de que el cambio a los combustibles verdes “sea acompañado de inversiones en infraestructura, lo cual exige la intervención de los Gobiernos y una supervisión democrática” para que “los trabajadores y las trabajadoras estén en el centro de ese proceso”.
Los trabajadores, en el centro de la escena
Cabe señalar que el personal del transporte está en primera línea cuando suceden desastres climáticos; Muchos de los eventos catastróficos descritos en el informe del IPCC (olas de calor, fenómenos meteorológicos extremos o sequías) ya están afectando al transporte en 2021.
“El personal del transporte debe ocupar un lugar central en el proceso de desarrollo de políticas y sistemas sostenibles precisamente porque cuenta con esta clase de conocimiento de primera mano. No debemos dejar que estas cuestiones se decidan en salas de juntas y oficinas gubernamentales, ya que sus ocupantes ya nos han fallado anteriormente” cuestionó Cotton.
En ese sentido, el dirigente de la ITF detalló que “si queremos tener éxito, los trabajadores y las trabajadoras deben participar en la toma de decisiones y las inversiones de los Gobiernos deben estar orientadas por personal con conocimientos prácticos del transporte y de cuestiones medioambientales”.
“Durante demasiado tiempo, los intereses privados que se apoyan en el uso de los combustibles fósiles y la actitud cortoplacista que favorece el statu quo han retrasado los cambios necesarios y nos han llevado al borde del colapso medioambiental. El cambio debe producirse como parte de una transición justa a una economía más ecológica, basada en empleos sindicalizados de alta calidad, el acceso a la formación y un pleno respaldo social”, concluyó Cotton.
El informe del IPCC pone de relieve las considerables emisiones de CO2 que se generan en las ciudades. Además, se espera la publicación de dos informes más del IPCC en 2022, uno sobre las repercusiones sociales y económicas de la crisis y otro sobre los métodos para combatir el cambio climático.