La red de ciclovías protegidas porteña ya cuenta con 92 kilómetros. Y a fin de año sumará 700 metros con la construcción de una extensión hasta Ciudad Universitaria . Para conectar esa extensión con el resto de la traza, será reinaugurada la bicisenda que bordea el Parque Tres de Febrero, que en estos días está siendo reconstruida a nuevo.
En la Subsecretaría de Transporte del Gobierno porteño anticipan que en diciembre la red llegará a Ciudad Universitaria, un punto estratégico que sólo está comunicado por siete líneas de colectivos. Para que sea más accesible en bici, construirán una nueva ciclovía por la avenida Intendente Güiraldes.
Ahora el Ministerio de Espacio Público está rehaciendo un tramo clave: la bicisenda del Parque Tres de Febrero, que avanza paralela a Figueroa Alcorta, entre Avenida de los Ombúes y La Pampa. Esta bicisenda, inaugurada por el ex jefe de Gobierno Fernando de la Rúa en 1997, fue una de las primeras y estaba muy deteriorada.
La nueva se está construyendo con cemento alisado, con un ancho de 2,20 metros, y contiene en forma paralela un circuito peatonal , destinado a caminantes y corredores. Esta bicisenda continuará la traza que llega hasta Libertador y Olleros, uniéndola con la Ciudad Universitaria. Desde Figueroa Alcorta y Echeverría hasta el predio universitario, el circuito sumará 0,7 kilómetro.
“Desde el comienzo, nuestra visión fue construir una red, interconectando las ciclovías y usándolas para vincular puntos clave –señala el subsecretario de Transporte, Guillermo Dietrich–. Ahora que nos acercamos a los 100 kilómetros, esa red se va consolidando y la cantidad de ciclistas va creciendo en forma exponencial”. “Como Gobierno decidimos apoyar fervientemente a las ciclovías y muy pronto se podrá llegar en bicicleta a todos los puntos de la Ciudad”, coincide el ministro de Espacio Público, Diego Santilli.
Desde que empezaron a construirla, a principios de 2010, la red de ciclovías fue sumando entre 20 y 30 kilómetros por año. El año más activo fue el primero, cuando hicieron 42 kilómetros. Junto con la red, creció el uso de la bici como medio de transporte. Según el Ejecutivo, en 2009 se hacían 30.000 viajes en bicicleta por día, que eran el 0,4% del total. Ahora son 150.000 y representan el 2% de los viajes que se realizan en la Ciudad. Y las ventas de bicicletas aumentaron . Según la Cámara Mayorista y Minorista de Bicicletas, en 2011 vendieron 1,86 millón en todo el país, contra apenas 650.000 en 2001.
“Si esto fuera una suma algebraica, el resultado es positivo –afirma Néstor Sebastián, titular de la Asociación de Ciclistas Urbanos–. Se ha invertido dinero en ciclovías y se hizo infraestructura de calidad. El déficit está en calles con ciclovías de una sola mano, como Perón. Tienen un carril muy angosto con pendiente hacia la vereda y están divididas del tránsito por una doble línea continua , por lo que no hay sobrepaso posible. Y en cualquier vía de varias cuadras debiera estar previsto el sobrepaso”.
Sebastián también menciona que las ciclovías que unen Retiro con La Boca dan vueltas innecesarias. Y que las de Palermo colapsan los fines de semana. “Pero las que atraviesan longitudinalmente la Ciudad, como las de Billinghurst, Virrey Liniers, Montevideo o Virrey Ceballos, cumplen su función. Por otra parte, como las ciclovías están hechas a la izquierda de las calles, habría que informar que cuando se cortan, el ciclista debe pasar y seguir por la derecha”.
“La política de ciclovías es acertada. Es genial que la hayan implementado, pese a que al principio sonaba como algo irrisorio. Están haciendo mucho y rápido”, opina Diego Worlicek, de “1 Auto Menos”. Esta ONG pregona lo que dice su nombre: que cuando alguien elige la bici, hay un auto menos en la calle. “Si todos fueran concientes de la importancia de la bici, las ciclovías no harían falta, porque nos podríamos mover por cualquier lado –afirma–. Habría que trabajar más para generar esa conciencia. Mientras, es un placer andar por las ciclovías, porque te sentís mucho más seguro y protegido”.
De todas formas, señala algunos puntos débiles de la red: “Hay bicisendas que terminan en nada, como la de Superí. Y habría que poner semáforos para ciclistas, sobre todo en las ciclovías de doble mano, donde vas en contramano con respecto a los autos”. “Las ciclovías están muy bien, pero los automovilistas no las respetan –señala Victoria Martínez, una ciclista–. Vivo peleando con los que estacionan por donde tengo que pasar. En la ciclovía de Ceretti, por ejemplo, hay partes tomadas por lavaderos de autos y talleres mecánicos, que las usan como extensión de sus locales”.
El estacionamiento sobre las ciclovías ocupa el segundo puesto de las fotomultas hechas por los vecinos. Desde que empezó esta modalidad, en 2010, realizaron 2.730 denuncias por este tema. “Es preocupante la falta de control para que no estacionen autos ni circulen motos en las ciclovías –dice Worlicek–. Como ONG este año enviamos más de 300 denuncias fotográficas y apenas recibimos respuestas de dos. La gente tiene que entender que la ciclovía es sagrada”.
Fuente: Clarín.com