Lo informó la Confederación de Entidades Comercializadoras de Hidrocarburos y Afines (Cecha), en el reporte mensual en el que analiza el comportamiento de la demanda tras la irrupción de la pandemia de coronavirus, y que en los últimos meses refleja la heterogeneidad de las condiciones de aislamiento en las distintas ciudades y provincias.
La venta de combustibles en las estaciones de servicio de todo el país creció en agosto un 2,3% respecto a julio, lo cual fue interpretado por el sector como un amesetamiento de la recuperación que mantiene los volúmenes de demanda casi un 25% por debajo de los niveles existentes en la prepandemia, por la heterogeneidad de las condiciones de aislamiento en las distintas ciudades y provincias.
“Hay un amesetamiento en los volúmenes vendidos que registra mismos niveles por tercer mes consecutivo, lo que permite confirmar que se cortó la recuperación que se venía dando desde el desplome que arrancó con la cuarentena por marzo y principios de abril”, dijo el titular de Cecha, Gabriel Bornoroni, a la prensa durante una videoconferencia.
De acuerdo al relevamiento de Cecha -elaborado por la consultora Economic Trends en base a cifras de la Secretaría de Energía-, en agosto la recuperación de las ventas de combustibles líquidos fue del 2,3% intermensual, lo que reflejó un incremento del 5,1% de las distintas variedades de naftas y del 0,3% en gasoil.
En volumen, la variación de agosto mostró un fuerte crecimiento de la nafta premium, del 13,3%, y del 2,6% en la nafta súper; mientras que el gasoil premium cayó 2,9% y el gasoil común creció 1,4%.
En perspectiva, la comparación de agosto contra febrero indica que la demanda de combustibles se mantuvo un 24,7% por debajo del nivel prepandemia, con una retracción del 15,1% en el gasoil, y del 34,9% en naftas.
El informe precisó que con la excepción de Chaco, el conjunto de las provincias parece haber ido convergiendo a un nivel común.
En Chaco, la venta de combustibles en agosto se ubicó en el mismo nivel que en febrero pasado, mientras que en los demás distritos se mantuvo un 25% por debajo respecto a la prepandemia.
Bornoroni analizó que “esta meseta está ubicada en un 25% por debajo de los valores de volúmenes de venta que se venían teniendo prepandemia”, es decir respecto de febrero, un mes que no fue bueno porque interanualmente reflejaba una caída del 5%, pero es el ultimo de venta normal para el sector.
En base a estos nuevos niveles que se registraron en los últimos tres meses con muy leves variaciones, Bornoroni planteó al posibilidad de que “estos valores sean la llamada de la nueva normalidad para el sector, para el mercado y el resto de las actividades, porque el combustible marca lo que sucede con la actividad en todos los sectores”.
El directivo explicó que de acuerdo con el movimiento de las fases de aislamiento sanitario en cada ciudad o provincia, se refleja el impacto en el consumo directo de combustibles.
Con la información hasta agosto, el volumen total de ventas de combustibles líquidos en el mercado minorista argentino, luego de la caída del 46.3% entre febrero y abril, se recuperó un 38.2% en mayo y junio, y sólo un 1.4% durante julio y agosto.
Al menor tamaño del mercado se agrega como problema la tendencia creciente en el costo salarial en comparación con el precio de los combustibles que viene produciéndose en los últimos dos años, lo que genera la necesidad de las estaciones de servicio de aumentar los volúmenes vendidos para compensar la evolución adversa respecto a sus ingresos.
Como ejemplo, Bornoroni precisó que mientras en septiembre de 2018, un salario básico equivalía a 634 litros de nafta súper, en agosto de 2020 fue de 785 litros.
Otro problema identificado por el sector es el proceso de reducción de la cantidad de estaciones de servicio que pueden cumplir con el requisito de facturación para acceder al programa ATP, no porque estén recuperando su situación económica, sino porque la inflación va haciendo cada vez más difícil cumplir con el requisito de menor facturación, a precios corrientes, que un año atrás.
“Para las estaciones de servicio, la rentabilidad está directamente relacionada con el volumen de venta. Del precio final del litro de combustible, solamente un 7,8% queda para los estacioneros para solventar los costos operativos”, precisó el directivo.
En ese sentido, aseguró que “con los volúmenes actuales de venta, muchas de las estaciones de los lugares donde quedó más restringida la circulación se encuentran operando a pérdida”, y en la mayoría de las estaciones, los dueños debieron tomar préstamos o poner dinero de su bolsillo para sostener las estructuras”.