Sin embargo, la empresa dice que con la utilización del biocombustible logró un ahorro total de 1.500 toneladas de CO2.
En sus pruebas, Lufthansa operó 1.187 vuelos domésticos entre Hamburgo y Fráncfort, usando una mezcla en proporciones iguales de biocombustible y queroseno regular, obteniendo muy buenos resultados.
Sin embargo, la aerolínea alemana no volverá a usar el biodiésel hasta que la producción de Indonesia, de las plantas de Jatrofa –de donde se extrae la biomasa para su elaboración-, se incremente al nivel de poder asegurar el suministro requerido para operaciones regulares.