A este grupo de motociclistas los unió la amistad hace más de 12 años, una amistad que tuvo sello definitivo cuando llegaron a la Escuela N° 14 “Julián Aguirre”, de Cuchilla Redonda, Entre Ríos, y fueron recibidos por niños descalzos que, con ojos de asombro, preguntaban “¿A cuánto va la moto?”. Allí comenzó a germinar la idea de hacer algo por esos alumnos que cada día viajaban kilómetros para estudiar, asegura Clarín.
La asociación La Doble Ayuda nació en 2006 y, en la actualidad, colaboran con 16 escuelas rurales de las provincias de Entre Ríos, Corrientes, Formosa y Chaco. Se dedican a satisfacer las necesidades de alimentación, agua y útiles escolares de unos 390 alumnos También trabajan en la refacción de los edificios. Además, instrumentan proyectos sustentables: granjas, viveros y gallineros. Pablo Monetta, secretario de la asociación, recuerda que al principio hacían rifas y juntaban comida entre los amigos, pero cada vez se sumaban más escuelas y decidieron crear La Doble Ayuda.
“El beneficio es mutuo: ayudar a las escuelas nos permite viajar, divertirnos y, fundamentalmente, mantener al grupo de motociclistas unido”, responde Gustavo Pintos, el presidente. La Doble Ayuda tiene un principio fundamental: no colaborar con quien no lo pide. “Imponer ayuda es invasivo. En cambio, cuando vos pedís, también asumís una obligación”, remarca Gustavo y cuenta que, ahora, colaboran con una comunidad Wichi de Formosa, que no tiene agua potable.
Llevaron médicos, potabilizadores de agua y están tratando de hacer un pozo. “La comunidad tiene 45 familias y una escuela. Toman agua del río y para dormir hacen un pozo en la tierra. Hay muchos chicos con una mala nutrición irrecuperable. Incluso, algunos con problemas de motricidad”, cuenta Gustavo a Clarín.
Realidades
Todos los miembros de La Doble Ayuda coinciden en que los maestros son los verdaderos héroes de esta historia. Muchas de ellas llegan en ciclomotor el lunes y se quedan hasta el viernes; viven solas en el campo. “En Corrientes conocimos una docente que vivía y trabajaba en la escuela sin luz ni agua. Y no es un caso aislado, muchos maestros rurales utilizan gran cantidad del tiempo de clase en tareas asistenciales, como darles de comer a los chicos, despiojarlos y escucharlos cuando tienen problemas en sus casas”.
Pero ver realidades tan duras no desalienta a este grupo de motociclistas solidarios. Al contrario, los fortalece. Como mínimo, viajan en sus motos dos veces por año a cada lugar, para realizar un seguimiento de los proyectos y reforzar sus vínculos con chicos y docentes. También, ofrecen becas para que los alumnos que terminan la primaria puedan seguir estudiando.
La asociación
Mariana Díaz, coordinadora administrativa y única mujer del grupo, destaca que la ayuda que recibe la escuela rural repercute en toda la comunidad. “Los chicos mejoran su rendimiento escolar y la gente está más unida”, asegura Mariana.
La asociación se financia a través de 430 socios, que aportan 40 pesos por mes, y la ayuda de empresas. La página web de La Doble Ayuda es www.ladobleayuda.org, y el teléfono (011) 4776-8734.
Escuela con granja propia
“Para nosotros fue una inmensa ayuda”, asegura Laura Lescano, directora de la Escuela Nº 42 “Luis Palma”, de Crucesitas, Entre Ríos. Además de valorar las becas de estudio para los chicos y los envíos de alimentos y útiles, la docente remarca la importancia que tiene haber creado una huerta y un gallinero propios. “La asociación Doble Ayuda nos brindó el aporte económico y entre los padres y los alumnos hicieron funcionar la huerta para consumo de la escuela”.