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Para García, la pandemia que más sufrieron los peones de taxis fue la gestión de Mauricio Macri

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Por Luis Autalán (para Infogremiales)

El gremio de los taxistas porteños pasó de tener 24.000 trabajadores en 2015 a sólo 10.000. Innovación tecnológica mediante las aplicaciones hicieron blanco en ese rubro, pero su titular Jorge Luis García enumeró otros factores de alto impacto, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, los 4 años de gestión de Mauricio Macri donde se detonaron las pymes y también a la gestión sindical de Omar Viviani. Sin nombrarlo García apuntó que además de la pérdida de choferes esa organización está quebrada. Confía en que dentro del moyanismo podrá alentar una recuperación.

Jorge Luis García es el secretario General del Sindicato de Peones de Taxis de la Capital Federal. La charla con InfoGremiales tiene lugar en esa sede gremial donde se debatieron cuestiones relevantes del Movimiento Obrero, de hecho durante algunos años ofició casi de punto de encuentro periódico para la CGT que tuvo a su cargo Antonio Caló hasta 2015. No tan lejos en el tiempo pero con un escenario diferente al que marcaron con potente tono de crisis sectorial la llegada de las aplicaciones como Uber, Cabify, Didi al servicio de transporte de pasajeros mediante autos de alquiler.

 

Con orgullo destaca que su padre y su madre, una mujer que trabajó junto al actual cotitular de la CGT Héctor Daer en el Laboratorio Bernabó y a quien García destaca porque siempre recuerda con cariño a su mamá. «Me pregunta por ella cada vez que nos encontramos, es un buen compañero, que creció desde abajo».

Tiene 11 hijos y 12 nietos, algunos de los cuales lo acompañan durante la entrevista, no faltan tampoco nietos y otros colaboradores. Todos en silencio escuchan las reflexiones de García que arrancan por destacar «que le tocó un momento muy difícil» para hacerse cargo de esa organización sindical. Hincha con pasión de San Lorenzo de Almagro y robustece la empatía manifiesta en cuestiones edilicias ya que esa organización se encuentra a pocos metros de lo que alguna vez fue el histórico Gasómetro de Avenida La Plata.

 

«Iba caminando con mi viejo que también era taxista a ese hermoso estadio, estuve en la final con Estudiantes de La Plata, por el Metropolitano de 1968 que se jugó en River, donde ‘Los Matadores’ lograron el campeonato». Y responde con una sonrisa acompañada de un: “»eso no es para mí» ante la pregunta si le ofrecieron ser dirigente del CASLA.

-¿A cuánto cotiza la Pasión Azulgrana para afrontar, como ese club, circunstancias difíciles?

-Mirá, me hablás de una de las mejoras cosas que brindó mi papá la cual fue ser hincha de San Lorenzo, algo que comparto con él todos los días.

-¿Cómo explicaría el momento actual del gremio de taxistas?

-Nos podemos remontar a 2015 con la llegada del macrismo liberal, antiperonista y antitrabajadores al poder, donde en aquel momento de 39.000 licencias había 35.000 activas en forma permanente, con trabajo a pleno -todos los días- para casi 25.000 peones en un sector donde como el nuestro predominan las pymes. Y todos saben los que les pasó a las pymes con Macri en el Gobierno.

-¿En ese momento cuánto valía una licencia para taxis y cuál es su costo hoy?

-En 2015 la licencia para un taxi valía 20.000 dólares, con casi 20 años en este gremio conocí a personas que tenían 100 coches y perdieron todo, hoy no tienen nada. Hoy una licencia puede costar $30.000 es una cosa de locos y algo increíble.

-Ahora, ustedes sabían que las aplicaciones iban a llegar.

-Mirá en primer lugar tenemos que recordar que llegó la pandemia hace dos años. Todos sabemos cómo afectó al país y al mundo el Coronavirus, pero no tengo dudas que la pandemia más fuerte fue la de Mauricio Macri. Si bien en su momento se combatió a estas aplicaciones también tengo que decir que nos confiamos demasiado. Quizás creímos que esto iba a pasar de largo o que el Gobierno de la Ciudad iba a intervenir con la energía que corresponde ante esta situación. Lo concreto es que primero llegó una pero este fenómeno fue creciendo y llegaron más aplicaciones. Lo reclamamos ante el Movimiento Obrero, porque el primer rubro de actividad que sufrió esta cuestión de las aplicaciones fueron los taxis. Y se desencadenó la pérdida de trabajo, la falta de renovación de los coches que no podía concretar el sector empresario. De tener una antigüedad de 3 años en promedio los coches pasaron a tener 7. La normativa te permite hasta 10 pero en lo que refiere al parque automotor las unidades más nuevas hacen que el pasajero las elija para viajar, haya más trabajo y el chofer maneja un auto en mejores condiciones incluso en beneficio de su salud.

-¿Habló de la pandemia, además de la merma en los viajes que sucedió además?

-Que hubo choferes que por su edad -paulatinamente- se quedaron en sus hogares para resguardarse del virus, como también que mientras algunos compañeros los reemplazaban tuvimos muchos casos de contagio. No te olvides que nuestra labor de transporte es esencial, con nosotros viajan médicos, enfermeras, terapistas, el personal de policía y las fuerzas de seguridad…

-En su momento incluso reclamaron por la vacunación prioritaria para los taxistas.

-Me correspondió a mí hacer el reclamo en el Ministerio de Salud de la Nación, la anécdota fue me citaron justo para el día en el que se alejó de esa cartera Ginés González García. Si debo decir que con nuestros compañeros enfermos de Covid las ART no se hicieron cargo de su tratamiento y tuvo que asumir esa atención nuestra obra social. De allí se explica además el estado en el que se encuentran las obras sociales, no sólo en taxistas sino en todos los sindicatos, están todas fundidas. Y además de esto, el secretario general anterior abandonó la organización en plena pandemia. Cuando asumimos esta responsabilidad encontramos un gremio quebrado. A tal punto que hubo que vender dos edificios que tenía esta organización para poder mantener la atención de la salud de nuestros trabajadores y sus familias.

-¿Por dónde aprecia alguna solución ante las aplicaciones llegaron para quedarse y frenar el deterioro de los taxis?

-En primer lugar tenemos que empezar por no mentirnos a nosotros mismos. Y asumir que volver a tener 24.000 trabajadores/as en este gremio no lo vamos a poder lograr. Como ya lo dijo alguna vez Juan Perón “la única verdad es la realidad”. Lo que sí podemos alcanzar es una recuperación. También nos corresponde decir que se cometieron errores para llegar a esta situación. En tiempos del anterior secretario general, si vos tenías 10 taxis por lo menos debías contar con 9 choferes para renovar las licencias. Y si el propietario de ese lote de taxis contaba con el registro profesional completaba los 10. Ahora a pocos meses de comenzada la pandemia en 2020, fue en mayo o en junio donde la anterior conducción les otorgó la posibilidad al sector empresario de que si contaban con 10 taxis bastaban 2 choferes para contar con la habilitación y sucedió lo que vemos hoy sin dejar de lado que con las aplicaciones perdimos trabajo. Hoy habrá entre 3.000 y 4.000 choferes en negro a los cuales no los podemos controlar porque no tenemos las herramientas para hacerlo. Y quienes tienen que hacer ese control desde el Gobierno Porteño no lo hacen. Con lo cual es inevitable la merma en el ingreso de dinero también los alcanzó a ellos, porque estábamos hablando de que así como en algún momento había 24.000 choferes hoy hay 10.000 y esa diferencia es plata. Estamos hablando del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que es antiperonista, antitrabajadores, como también al Enacom (Ente Nacional de Comunicaciones) a los que además la Justicia les ordenó que debe controlar las aplicaciones cosa que no hacen. Se fijaron incluso multas al Jefe de Gobierno de la Ciudad y a cada funcionario.

-¿Dentro de este escenario que describe aparece el respaldo de los Moyano?

-Antes aquí había un espacio sindical que liderada el anterior secretario general (el MASA), cuando él se retiró no recibimos ni una llamada telefónica de ese sector. Tenía contacto y muy buena relación con Hugo y Pablo, también con Paco Manrique y cuando nos acercamos nos aceptaron desde el primer momento. Y esa actitud para nosotros fue y es importantísima. Hay que decir también que nosotros estábamos en el espacio equivocado antes, pero en el sindicalismo y lo aprendí de pibe, el que hace política es el secretario general. Esto es vertical.

-¿Para lo bueno y para lo malo?

-Así es, lo considero de esa manera y tengo códigos. Ahora estamos en el lugar indicado junto a otros compañeros como los Moyano, Paco Manrique, Omar Plaini, Sergio Sasia y otros.

-El moyanismo que refiere está en la conducción de la CATT y la CGT

-Nosotros trabajamos muchísimo en primer lugar para unificar el sector de transportes a través de la CATT. Lo logramos y se consagró al compañero Sasia, que es el secretario general de un sindicato relevante como la Unión Ferroviaria, él asumió como máximo responsable de esa confederación. Después nos enfocamos para estar dentro de la CGT impulsando a Pablo Moyano, que es nuestro líder, allí estoy también acompañando y participando. Estamos armando incluso unas 62 muy importantes

-¿Una unidad que llegó casi en tiempo de descuento?

-Es que no querían otorgarnos los espacios que pretendíamos pero al final tuvieron que acceder. La mayoría de los gremios están con nosotros. Hablo de los que movilizan, los que protestamos, los que vamos a la calle por nuestros trabajadores estamos en el Frente Sindical.

-En ese Congreso de Parque Norte no hubo mención al período de gobierno de 2003/ 2015.

-(Señala una foto detrás de él donde aparece con Cristina Fernández) Puedo empezar por decirte eso. La mejor época para mi gremio fue con Néstor Kirchner y Cristina, dentro del Movimiento Obrero cuando ellos llegaron había gremios desbastados que gracias a estos dos compañeros volvieron a tener vida y a crecer. No me olvido de eso ya sea ganando o perdiendo. No voy a cambiar mi pensamiento por una derrota, allá ellos quienes se olvidan. Acá la anterior conducción cuando perdió Cristina cambiaron los cuadros, pusieron otros.

-Algunos dirigentes sindicales no tienen reparo para admitir que incluso a Cristina se la subestima por su condición de mujer y corresponde un replanteo. ¿Comparte esa mirada?

-Claro que sí, hay que tener en cuenta que muchas de las herramientas con las que ahora cuentan las mujeres llegaron por Cristina. Para dar un ejemplo el cupo y los lugares que ocupan las mujeres en la CGT llegan por ella. Que también logró el beneficio de la jubilación para miles de mujeres que no tenían un solo aporte pero trabajaron en sus hogares toda la vida. Y corresponde decir que logros como ésos hay muchos que no se los perdonan todavía hoy.

-También hay mujeres que destratan a la Vicepresidenta.

-De acuerdo y lo hacen con la peor actitud machista, pero el cuadro político que es Cristina es indiscutible y espectacular. El placer de escucharla, podés estar horas apreciando sus reflexiones. Macri ni siquiera puede leer un comunicado o un breve texto, ni leerlo…

-Ahora, sin atenuar la guerra del odio todo hace pensar que la Argentina no tiene mañana.

-Veamos, a la Argentina siempre la salvó el peronismo. Y no tengas dudas que lo hará de nuevo

-¿Más allá de que el 2023 está muy cerca?

-Por supuesto, lo vamos a revertir, aunque nos hagan cosas inexplicables como el rechazo del Presupuesto, donde la oposición ni siquiera tuvo pudor de considerar que están perjudicando a provincias que ellos gobiernan. Donde el rechazo al Presupuesto además significa la paralización de obras necesarias para el país, de agua, de energía, la construcción de viviendas en muchas ciudades. No se dan cuenta o lo hacen y no les importa el daño que le provocan a la Argentina, porque el Presidente Alberto Fernández se va a tener que manejar con el Presupuesto anterior. Sergio Massa, una persona muy inteligente, les dijo clarito: «muchos gobernadores van a sufrir por este problema». Ahora si en 2023 ganan y gobiernan ellos, nosotros les hacemos lo mismo, ¿y entonces que van a decir?

-¿Dónde alimenta ese convencimiento?

-Es simple, en primer lugar cuando encontré al gremio como estaba me dieron más ganas de trabajar. Lo vamos a lograr, pero no sólo por nosotros por los compañeros y compañeras, acá juega también que logremos ese objetivo por nuestros hijos y nietos. Porque no sólo pasa en taxistas cuando nos invitan a algunos gremios vemos la tristeza de mucha gente.

-Ahora pensando en nuestros hijos e hijas, muchas veces no hay demasiados fundamentos para optimismo alguno.

-Es que tenemos que pensar y asumir que hay gente que pasa hambre, son muchos, están a la vista de todos. Nos tenemos y se tienen que dar cuenta, hablo incluso de los «anti». Es con todos, aunque duela como también dijo Pablo Moyano, y no tengas dudas de que vamos a jugar fuerte.

-¿Qué sugiere con el juego fuerte?

-Lo digo porque vamos a poner toda la carne al asador, y el moyanismo estará ahí, siempre contarán con nosotros para acompañar a Hugo y ahora a Pablo con esta responsabilidad que asumió en la CGT, porque fijate que de por medio está el bienestar, la salud y la alegría de nuestro pueblo.

-¿Tiene amigos gorilas?

-Muy pocos, mis amistades son de toda la vida, son compañeros, son sindicalistas. Es tal cual lo podés ver en este momento, donde mientras hablamos estoy acompañado por compañeros, mis hijos y nietos.

-¿Le ha pasado de perder alguna relación por la grieta?

-Lo que sí me pasó es que familiares directos votaron en las PASO en contra del peronismo…

-¿Si le dejaran borrar en su vida una tristeza profunda gremial o política?

-Uf, qué pregunta. (silencio) Elijo que borren lo que sentí cuando Macri ganó las elecciones de 2015, no lo pude superar en mucho tiempo y todavía no le encuentro explicaciones. Sigue dando vueltas en mi cabeza que él ganó con el voto de algunos pobres y también de peronistas. De otra manera no hubiera llegado al triunfo, lo cual, duele doble, mucho y siempre.

Créditos fotos: Ariel Gaspardi

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