La recuperación de la economía paraguaya se verificó a un ritmo mucho más acelerado al inicialmente previsto, en especial en el año 2010, con una excelente producción agrícola, acompañado de un contexto de sólidos fundamentos macroeconómicos, condiciones favorables de financiamiento externo y fuertes ingresos provenientes de las exportaciones, especialmente soja y carne vacuna.
El ingreso de divisas proveniente de las exportaciones contribuyó al aumento de ingreso en la economía, situación que conjuntamente con un excelente ambiente de negocios, expectativas económicas favorables y condiciones de liquidez adecuadas en el sistema financiero, contribuyeron a una importante dinámica de la demanda interna, tanto del consumo como de la inversión, destaca el trabajo de la Organización Mundial de Comercio publicado por Mercosur ABC.
Economía
En cuanto al nivel de actividad económica, la proyección del Producto Interno Bruto (PIB) en el año 2010 da cuenta de un crecimiento económico del 14,5 por ciento con respecto al año anterior. Este ritmo de crecimiento representa el mejor desempeño económico en la serie histórica que empieza en el año 1950 y cuyo record de expansión fue observado en el año 1981.
Además, se observó un inusitado dinamismo del comercio, del transporte, de las comunicaciones, del sector financiero y del resto de los servicios.
La demanda externa respondió positivamente a la gran oferta de los saldos exportables de Paraguay, conformados por los principales productos de exportación, como cereales, oleaginosas y sus derivados, carne vacuna, textiles, entre otros productos no tradicionales, cuyas producciones vienen potenciándose en el país.
El crecimiento del año 2010 implicó también una expansión del PIB por habitante del 12,6 por ciento, ubicándose en 1.656 dólares frente al nivel de 1.471 dólares registrado en el año 2009. Con esta tasa de crecimiento, el PIB per cápita registró un incremento promedio de 3,7 por ciento en los últimos cinco años, tasa superior al promedio histórico del 2 por ciento anual, y al promedio de los diez últimos años de 2,1 por ciento.
Crisis mundial
Paraguay no fue afectado significativamente por la crisis mundial y se recuperó a un ritmo más rápido que el previsto, gracias a sus sólidos fundamentos de política macroeconómica, condiciones favorables de financiamiento externo y fuertes ingresos generados por las exportaciones de materias primas que seguirían siendo objeto de una robusta demanda externa.
Comercio exterior
El sector externo se vio fortalecido luego de la expansión económica registrada en el país durante el periodo 2005-2008, el cual ha obedecido en parte al buen desempeño del sector agrícola, la bonanza de los precios de los principales productos exportables y el mayor dinamismo de la actividad económica doméstica.
Sin embargo, dicha situación fue revertida en el año 2009, debido a la reducción de la demanda externa que se reflejó en las menores compras registradas por los principales socios comerciales del Paraguay (países socios del MERCOSUR), sumado al deterioro de los precios de los "commodities" que ocasionó una caída del 2,5 por ciento de los términos de intercambio. En el 2009, el valor de las exportaciones y de las importaciones, presentaron caídas del 29 por ciento y 23,6 por ciento respectivamente, respecto a lo registrado en el 2008.
Las exportaciones totales en se incrementaron en 42 por ciento en el 2010 con respecto al 2009, destacándose las exportaciones de granos de soja y carne bovina, las cuales representan los principales productos de exportación del país, con incrementos del 102 por ciento y 59 por ciento, respectivamente.
Las importaciones, en la comparación acumulada, crecieron en 45 por ciento en el 2010 con respecto al año anterior. Las compras de Bienes de Capital y la adquisición de Bienes de Consumo Durables han registrado en los meses de noviembre y diciembre incrementos importantes de 48 por ciento y 49,2 por ciento respectivamente, en términos interanuales.
La mayor adquisición de Bienes de Capital genera expectativas positivas al crecimiento de la economía, ya que refuerza la infraestructura de la producción agropecuaria y fortalece la competitividad del sector productivo, señala el informe de OMC.