El piloto Chris Henkey logró detener el jet de 350 toneladas que iba a 144 kilómetros por hora y se dirigía al aeropuerto de Gatwick, en Londres; en tan sólo nueve segundos. Hizo un llamado urgente a la torre de control pidiendo por el “servicio contra incendios”. “Estamos evacuando en la pista. Tenemos un incendio. Repito: estamos evacuando”, decía. Mientras accionaba en forma urgente, mantenía la calma entre los pasajeros.
La reacción de Henkey, graduado en la escuela de entrenamiento aéreo, fue una “respuesta de manual de texto”, consideran los expertos. Luego de que lograra salvar a todas las personas que iban a bordo -dejando sólo siete heridos leves-, fue aplaudido por los pasajeros, que habían entrado en pánico.
El incendio se desató en un Boeing 777, el segundo avión más seguro del mundo , según las estadísticas aeronáuticas oficiales que recopila el Daily Mail. En efecto, según FearofFlying.com, un accidente aéreo se produce en estas naves cada 18 millones de horas de vuelo. Y sólo uno de ellos fue fatal en sus 19 años de historia, en el que tres personas de las 307 que viajaban perdieron la vida en un vuelo de Asiana Airlines.