Un grupo de taxistas autoconvocados a través de las redes sociales organiza una “caza” contra conductores de la aplicación, que es ilegal en la Ciudad. Las agresiones y los actos de vandalismo hacia los autos con los que presuntamente se da el servicio crecieron en el último tiempo. La Policía recibió siete denuncias en los últimos dos meses.
Los taxistas que se agruparon por redes sociales funcionan como una especie de cazadores, ya que se organizan para buscar y detectar a aquellos conductores que otorgan el servicio de la multinacional. Sin embargo, en la persecución quedan afectados vehículos de personas que nada tienen que ver con la app, como sucedió ayer con el auto de una mujer que iba a llevar a su hijo a Ezeiza: Le habían escrito “Uber” con aerosol rojo en el capó y lo habían rociado con removedor de pintura. Semanas atrás le habían roto un vidrio y habían puesto balas de aire comprimido en el interior, según alegó la mujer en diálogo con Clarín.
Los taxistas ya se manifestaron varias veces en las calles, a través de la organización gremial, contra Uber. La Ciudad, por su parte, declaró el bloqueo del dominio, sin embargo sigue funcionando con normalidad. Varios usuarios ven en la plataforma una alternativa para trasladarse, ya que al no estar regulado puede brindar un servicio más económico.
De todos modos, los sindicatos de taxistas niegan ser partícipes de los actos de vandalismo, agresiones y amenazas. Desde la Asociación Civil de Taxistas Unidos, que nuclea a unos 200 choferes, admiten sólo haber protagonizado “trampas” y seguimientos.