El ministro sostuvo que ya se realizaron cuatro talleres con participación de entidades representativas de los productores, como Sociedad Rural, Confederaciones Rurales y Federación Agraria. Este trabajo apunta a lograr una ley de Semillas "que esté a la altura de las circunstancias y garantice que desde lo institucional se está trabajando con seriedad".
"Esto es, demostrar al mundo que se reconoce ese valor intelectual en tecnología, que desarrollan los privados pero también el Estado a través del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) y las universidades", añadió Yauhar. El ministro destacó que "este ha sido un año récord en producción de semillas y el país se está transformando en uno de los principales exportadores del mundo". "Se nos han abierto grandes mercados, no sólo el de China, que permite el ingreso de otras variedades de semilla de la Argentina; Azerbaiyán, por ejemplo, no sólo pide la semilla sino toda la biotecnología y el desarrollo de siembra de precisión", agregó.
Yauhar señaló que "en los últimos tiempos se compraban semillas de tecnología que pasaban a ser propiedad exclusiva de los productores, y después esos campos generaron cantidades que excedían a la que necesitaban para una nueva resiembra, por lo que se produjo un comercio que no tiene prácticamente control".
"Lo lógico es que todo el desarrollo que hacen tanto el Estado como empresas privadas tengan un respaldo en el resguardo de esa propiedad intelectual", afirmó el ministro. Hace poco, recordó, "presentábamos el descubrimiento de un gen de girasol que lo hace resistente a la sequía. Todo ese trabajo, que tiene un costo de investigación, tiene que tener un resguardo intelectual y estar a disposición de todos los productores".
Yauhar sostuvo que "la mejor forma es con una ley que garantice a aquellos que invierten en tecnología y desarrollo que tengan también la parte de la torta que le corresponde cuando el productor tiene buenos rindes". "Subir el techo de la producción de la semilla en un 10% tiene un precio adicional, hay que pagar por ese desarrollo", reiteró. El titular de la cartera agropecuaria justificó luego la búsqueda de consenso "para saber que la ley va a servir a todos, porque el paso que viene seguramente va a ser la trazabilidad del producto".
Ese proceso, detalló, va a arrancar desde la semilla, que va a tener una garantía legal no sólo en cuanto a la calidad, sino de dónde viene, donde se cultivó, y a partir de ahí quien la adquiere, la produce, la siembra, cuál es el producto que se extrae, a dónde va en la industria y seguramente, hasta el lugar donde se hace el consumo".
Yauhar aclaró que la ley incluirá en un capítulo especial la previsión necesaria para que los pequeños y medianos productores tengan el acceso a la tecnología como el resto. El secretario de Agricultura, Lorenzo Basso, recordó en el mismo acto que "en el caso del maíz el productor paga las regalías y nunca escuché que nadie protestara por ese pago". "De manera que si lo hacen con maíz, con girasol, o en una camioneta 4 x 4, es lógico que también lo pague en este tipo de semillas como es la soja, sobre todo cuando a los valores que se está hablando realmente son superados con creces con el benefico que trae esta tecnología", concluyó Basso.