Una empresa presentó la idea de realizar un caño de 220 kilómetros en vez de una línea ferroviaria para economizar costos a la hora de trasladar la arena de fractura hasta Añelo.
Una compañía de servicios petroleros propuso a las grandes operadoras de Vaca Muerta la construcción de un ducto de 220 kilómetros para el traslado de la arena de fractura a sus áreas productivas, como alternativa más económica y de menor impacto que la construcción de un línea ferroviaria.
La propuesta de la empresa Patagonia Shale Services (PSS) solucionaría el problema del excesivo tránsito para transportar la arena de fractura a Añelo, el corazón de Vaca Muerta, que este año movilizará más de 50.000 camiones, llegando al doble en 2023/2024, si Vaca Muerta sigue con el desarrollo previsto.
La posible solución a este problema podría haber sido el desarrollo del demorado proyecto del ferrocarril Norpatagónico, por unos US$ 700 millones de inversión, pero el arenoducto se presenta como una alternativa que costaría la mitad, con una ejecución de apenas 18 meses, más seguro, con un costo operativo inferior y menor impacto ambiental, aseguran sus promotores.
El vicepresidente de PSS, Gian Franco Andreani, explicó que la idea es trasladar la arena por un ducto hasta los yacimientos de Vaca Muerta mezclándola con agua para formar un barro homogéneo que puede ser bombeado como el petróleo, usando la tecnología minera muy extendida en Chile, Brasil e incluso en la mina La Alumbrera de Catamarca.
El arenoducto proyectado tendría una extensión de 220 kilómetros que, partiendo desde la localidad rionegrina de Chelforo y siguiendo la traza del oleoducto de Oldelval, llegaría directamente a los principales yacimientos sin cruzar ciudades, lugares turísticos, ríos o áreas frutícolas.
Andreani aseguró que la idea ya está en análisis de las principales petroleras que operan en Vaca Muerta, que son las que mayor demanda de arenas de fractura tienen en la actualidad y por los próximos años, las que podrán tomar la decisión de invertir en el arenoducto tal como si fuera un oleoducto propio.
De esta manera se estima que unos 80.000 camiones al año podrían ser retirados de las rutas que convergen a Añelo, a la vez que implicará una reducción de costos logísticos, menor impacto urbano y evita el riesgo de pérdida de potencial de explotación por logística inadecuada