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Schiavi defendió su gestión por la tarjeta SUBE

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En declaraciones radiales, Schiavi explicó que la denunciante no trabaja para el Estado argentino ni hay dinero de la administración nacional en juego. "Al parecer, esta mujer -identificada como Marcela Ashely- es una supuesta contratada por la empresa Global Infraestructura (GI), que nunca trabajó en el proyecto y nunca cobró un peso de los 24 mil dólares que aparecía en la documentación oficial", detalló el ex funcionario.

 

Explicó que la consultora inglesa fue contratada junto a dos argentinas para administrar la tarjeta de transporte y que el dinero que manejan fue liberado por el crédito otorgado por el Banco Mundial. "A la persona le paga la consultora, no es alguien de la Secretaría de Transporte, esta es una estafa entre privados, porque los directivos de las otras consultoras advirtieron que no quieren que la gente de Global Infraestructure forme parte del negocio", argumentó.

 

En ese sentido, respaldó la decisión del ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, de suspender las actividades y ordenar la intervención de la Auditoría y la Sindicatura de la Nación para que se determine si existió un delito contra la administración pública.

 

“Recordemos en su momento, (la Tarjeta SUBE) era la herramienta que iba a terminar con la falta de monedas"

 

"El SUBE fue concebido como un sistema de facilitación de pago para los usuarios del sistema de transporte. Recordemos en su momento era la herramienta que iba a terminar con la falta de monedas", explicó Schiavi también a través de un comunicado. En las declaraciones efectuadas al programa del periodista Víctor Hugo Morales, detalló que al momento de su arribo a la Secretaria de Transporte "los plazos anunciados estaban vencidos y el sistema tenía atrasos e inconsistencias notables".

 

"Fue en esa etapa que se trabajo muy duro en conjunto con las autoridades del Banco de la Nación Argentina y su subsidiaria Nación Servicios (encargada de la implementación) para activar el proceso. Ni la Secretaria de Transporte, ni el gobierno tenían en ese momento conocimiento, experiencia y capacidades técnicas ni físicas para llevar adelante la tareas de control y supervisión", enfatizó.

 

El ex funcionario dijo que "no existía al momento ni la nueva operatoria de los DNI, la Anses no tenía operativo el herramental para la asignación universal por hijos y otras áreas del Estado estaban en procesos de modernización".

 

"El Boleto electrónico era privativo de muy pocas ciudades del mundo y en general estaba en estadio de desarrollo y por su magnitud el SUBE se transformaría en el tercer sistema mundial luego de San Pablo y Hong Kong", señaló.

 

Schiavi sostuvo que el "gobierno nacional tenía operativo un financiamiento del Banco Mundial que estaba destinado a asistencia técnica en `Proyectos de transporte urbano del área metropolitana Buenos Aires`".

 

"El Boleto electrónico es sin duda el proyecto más importante del transporte público del área metropolitana. Se reformuló el SUBE como herramienta no solo para la facilitación del sistema de pago, sino para el control del servicio y la posibilidad de reasignar subsidios a las personas en lugar de a las empresas haciendo mas transparente y eficiente la operación del transporte en la región", subrayó.

 

"La gestión y posterior contratación se siguió por las Normas del Banco Mundial en el marco de los acuerdos firmados entre el Gobierno Nacional y el BIRF y fueron llevadas adelante por el Programa de Transporte Urbano Buenos Aires (PTUBA) que es quien tiene las competencias en la materia", afirmó Schiavi.