La diseñan y construyen un grupo de egresados de la antigua Escuela Nacional de Educación Técnica N°1 I Brigada Aérea de El Palomar, hoy llamada Escuela de Educación Secundaria Técnica N°4 de Morón “Profesor Héctor Ángel Laguarde”, y cuenta con la certificación de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC).
La iniciativa surgió a partir del encargo que una empresa les hizo a este grupo, luego de la consulta previa sobre su experiencia en la fabricación de una camilla adaptada para trasladar pacientes por medio aéreo y que actualmente se encuentra en producción.
El equipo de trabajo se encuentra integrado por Hugo González y Ariel García, representantes de la empresa HRG Consulting; Marcelo Bustos, responsable del ensamblado y materiales utilizados para la fabricación del producto; Roberto Soto, a cargo de las tareas de tornería y Héctor Robi, encargado de la fabricación del sistema de oxígeno que utiliza la camilla. Colaboraron Walter Manfredi en lo que respecta al diseño del generador de ozono y presión negativa y el médico aeroevacuador Guillermo Feldman, y del titular del Sistema de Atención Médica de Emergencias (SAME), Alberto Crescenti.
Primero se construyó una cápsula prototipo, que fue probada en diferentes aeronaves con el objetivo de verificar la forma de ingreso, calcular los tiempos de egreso, el acceso a los controles del generador y la facilidad de manejo sobre el paciente por parte del personal médico. Está establecido que durante una aeroevacuación sanitaria no se debe tardar más de 90 segundos en extraer la camilla.
El dispositivo está formado por una estructura sólida de aluminio soldada que lleva un cobertor compuesto de dos materiales lona ignífuga y lona cristal de 500 micrones soldados entre sí por alta frecuencia con tapas en los extremos, provistos con cierres de caucho impermeables, lo que permite mantener el receptáculo totalmente aislado, además de contar con cinturones de seguridad para la estabilidad y ajuste del paciente dentro del mismo.
Esta estructura lleva un filtro HEPA (High Efficiency Particulate Air), un sofisticado sistema que se complementa con un generador de ozono que garantiza el filtrado del aire desde el interior del habitáculo además de una bomba que se encarga de la circulación del aire que funciona a través de una batería sellada con un gel especial y con autonomía de duración de cuatro horas y permite ser recargada por medio de un puerto USB.
Con la aprobación de la ANAC, el sistema puede ser usado en cualquier avión y helicóptero, incluso se prevé su tramitación ante la Dirección General de Aeronavegabilidad Militar Conjunta (DIGAMC), para contar con los permisos necesarios en el hipotético caso de que se tuviera que recurrir a aeronaves militares.
Desde la ANAC celebramos el avance y desarrollo alcanzado a nivel nacional en la lucha contra la enfermedad y la propagación de Covid-19 y seguimos trabajando día a día para mantener una aviación civil segura y sustentable.