La Confederación Argentina de Trabajadores y Empleados de los Hidrocarburos, Energía, Combustibles, Derivados y Afines (Catheda) obtendrá mañana su personería gremial en un acto que se desarrollará a las 11 en el Ministerio de Trabajo. Participarán el dueño de casa, Carlos Tomada, y su par de Planificación Federal, Julio De Vido.
"Esta personería tiene carácter de asociación gremial de tercer grado, con el alcance del ámbito de representación de la Federación Sindicatos Unidos Petroleros e Hidrocarburíferos (SUPEH); el Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Río Negro y Neuquén; el Sindicato de Luz y Fuerza de la Capital Federal y la Federación de Trabajadores de la Industria del Gas Natural", explicó un comunicado de Trabajo.
La agrupación tendrá como presidente a Antonio «Coco» Cassia, jefe del Sindicato Unico de Petroleros del Estado (SUPE); como vice primero a Guillermo Pereyra, líder del gremio de petroleros de Neuquén, Río Negro y La Pampa; como vice segundo, a Oscar Lescano (Luz y Fuerza) y como secretario general a Oscar Mangone, de los trabajadores de las empresas de gas.
Según publicó Ambito financiero hoy, la Catheda comenzó a organizarse hace un año y medio, cuando los subsidios a las tarifas de servicios públicos parecían un dogma inamovible del Gobierno. Y surgirá una semana después de la creación de la Cámara de Energía de la República Argentina (CEDERA), su contrapartida empresarial, con participación de firmas generadoras y distribuidoras de electricidad, así como de los eslabones de la cadena petrolera.
Entre los protagonistas de Catheda aclaran que un eje primordial de la confederación será la discusión consensuada de los salarios del sector. Con la quita progresiva de los subsidios a partir de 2012, los sueldos de los trabajadores de las empresas de servicios públicos pasarán a ser la principal variable de ajuste de las tarifas. Hasta ahora, los gremios negociaban de manera directa con De Vido, que respondía a los planteos salariales con subas equivalentes de los subsidios de cada servicio.
Pero en la confederación no descartan protagonismo en el accionar político, al menos en el tironeo interno de la CGT. Como informó este diario la semana pasada, Moyano comenzó a tender puentes hacia sectores que hasta ahora eran críticos de su liderazgo. Esos opositores, además, leyeron en las continuas recriminaciones de Cristina de Kirchner a la actuación sindical una advertencia a todos los gremios. A partir de ese giro discursivo del Ejecutivo, los sindicatos comenzaron a repetir una palabra que siempre los identificó, pero que nunca utilizaron en público por su connotación negativa: «Somos una corporación y debemos actuar como tal», repiten los dirigentes desde hace semanas.