Camioneros iniciaron el lunes último una huelga con bloqueos a rutas de al menos cinco estados de Brasil para dar visibilidad a varias reivindicaciones, entre las cuales la reducción del precio del combustible y la liberación de créditos a tasas subsidiadas.
Lidera el grupo de huelguistas, que se tilda de independiente de los sindicatos, el Comando Nacional de Transporte. El Palacio de Planalto alega que atendió la mayor parte de las reivindicaciones de la categoría, que, en abril de este año también promovió paralizaciones en el país.
El ministro de Comunicación Social, Edinho Silva, evaluó que la huelga de camioneros tiene sesgo político. “Va contra los intereses del pueblo brasileño”, dijo el ministro tras un encuentro del área política del gobierno. “Nos parece que se trata de una huelga puntual y tiene infelizmente la única aspiración de desgastar políticamente al gobierno”, señaló. “Si tuviéramos una pauta de reivindicaciones, como hubo en otros momentos, el gobierno siempre estará abierto al diálogo”, agregó.
La paralización de los camioneros comenzó el lunes 9 de noviembre en Rio Grande do Sul, Santa Catarina, Paraná, Minas Gerais y Rio Grande do Norte. Los manifestantes piden la reducción del precio del gasoil, la creación de un flete mínimo, salario unificado en todo el país y la liberación de crédito con tasas subsidiadas por un valor de R$ 50.000 para transportadores autónomos. El grupo también busca ayudar federal para refinanciar deudas por compra de vehículos.