La medida venía siendo analizada en las últimas semanas por el Gobierno Nacional junto a la petrolera, en función de “un retraso del precio en surtidores estimado entre el 10% y el 12%, según marca y producto”, informaron.
Ayer por la noche, la petrolera nacional aumentó sus combustibles un 4,5%, aunque esta vez implementó un esquema de precios que recorte las brechas históricas entre la Ciudad de Buenos Aires y el interior del país. Si bien es el primer incremento desde diciembre pasado, la realidad de YPF es compartida también por empresas como Shell, Axion y Puma.
Así, según informaron desde la empresa, la decisión de aumentar los precios se da “en pos de avanzar con los objetivos de producción de la compañía teniendo en consideración las particularidades del contexto macroeconómico del país” por lo que se anunció que YPF “realizará desde las 00 del miércoles un aumento promedio de los combustibles a nivel país del 4,5 %”.
Sin embargo, el incremento no será uniforme en todas las provincias, sino que será diferencial y tendrá mayor peso en el Área Metropolitana Buenos Aires (AMBA). Las naftas y las variedades de diesel tendrán un incremento porcentual mayor en la ciudad de Buenos Aires y partidos del conurbano que en el resto del país, para acortar las diferencias de valores que no tenían justificación operativa.
En ese sentido, la empresa detalló que “la actualización de precios tendrá en esta oportunidad, como en el futuro, el objetivo de recomponer asimetrías históricas a nivel federal, recortando brechas entre la Capital Federal y el interior del país“, explicaron.
Por su parte, el ministro de Economía Martín Guzmán afirmó que los precios de los combustibles de la petrolera YPF “se analizarán en el contexto de un plan integral” con el objetivo de “recuperar el rol estratégico de la compañía en el desarrollo del sector energético, tanto en el segmento de la producción de hidrocarburos como en la refinación y su posterior comercialización”, explicó.
La medida venía siendo discutida por el presidente de la compañía Guillermo Nielsen, y el CEO, Sergio Affronti, en distintas reuniones que mantuvieron con Guzmán, con el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas y con el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero.
Pero la discusión se aceleró luego que YPF diese a conocer los resultados del segundo trimestre con una pérdida neta de $85.000 millones, en el marco de los efectos de la pandemia que llegaron a retraer la demanda hasta en un 90% respecto a las semanas previas al 19 de marzo.
Tras esa presentación de resultados al mercado, Affronti consideró que los combustibles “necesitan algún ajuste” de precios para mejorar la generación de caja de la compañía, aunque admitió que se debe “evaluar el impacto” de la medida sobre la economía.
Los precios en surtidor se mantenían congelados en pesos desde diciembre del año pasado, situación que solo pudo sostenerse por el efecto que causó la pandemia en el precio del crudo, que derrumbó a niveles históricos el valor internacional y atrasó la presión sobre el precio de los combustibles. Esa situación cambió con la recuperación parcial de los precios internacionales que ahora alcanzan los US$ 45 el barril de crudo tipo brent.